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Juan Diego castro contra la libertad de expresión.

El pasado miércoles 11 de noviembre, en los tribunales de justicia, inició el juicio contra la presentadora del programa de televisión Suave un Toque, Claudia Campos.


La querella impuesta contra ella se basa en el video publicado por el programa el 6 de diciembre del 2017. En este se hace una recopilación de las actividades sucias de algunos de los candidatos presidenciales de la época, entre ellos se encontraba el abogado Juan Diego Castro, a quien se le acusa de “estar embarrado con los partidos políticos que por décadas han desmantelado al país”, por su actitud autoritaria cuando fue ministro de seguridad e intentó realizar un golpe de estado en 1995. El ex ministro de seguridad, y ex candidato presidencial del derechista Partido de Integración Nacional, acusa a Claudia de cometer un delito de honor contra él, y se encuentra actualmente representándose a sí mismo ante la justicia.


No es la primera vez que Castro arremete contra un medio de comunicación, justamente en enero de este año presentó otra denuncia por difamación ante el medio de comunicación El Mundo por las declaraciones hechas hacia su persona durante el periodo electoral del 2018. Algo muy similar al caso de Claudia.


Castro es conocido por ser un populista y utilizar discursos machistas, misóginos y conservadores para alcanzar el voto popular; es otro más de los culpables de que la situación socioeconómica en la que el país se encuentra. Su forma de reaccionar ante las críticas o ataques es irrespetuosa, no le cuesta hablar pestes de mujeres y referirse a ellas de forma despectiva, como lo hizo contra la expresidenta Laura Chinchilla durante la campaña electoral del 2010. Se conoce que anterior al día del juicio arremetió contra Claudia, ya que vecinos de la comunidad cercana a la que ella vive reportaron haber recibido volantes desinformativos, en su contra.

Para el primer día de la audiencia, se hizo un llamado a las 8 am para acuerpar a Claudia, al cual asistieron estudiantes de la Universidad de Costa Rica, una delegación de Juventud Obrera y un grupo de manifestantes de unas once personas que supuestamente “venían a lo de Federico”. Al preguntarles la razón de estar ahí, primero contestaron que no nos podían explicar el motivo, pero al inicio de la intervención tenían pancartas muy elaboradas, su megáfono y sus camisas con mensajes despectivos hacia el abogado defensor de Claudia, Federico Campos.


El grupo que solo contaba con dos mujeres a las que no se les permitió utilizar el megáfono, comenzó a gritar “ni una menos”, “Federico le pegó a la esposa” y otros comentarios despectivos que luego pasaron a ser dirigidos hacia los estudiantes que se encontraban presentes en la manifestación, quienes no se quedaron atrás en dar respuesta, el intercambio de gritos y toma de videos se comenzó a dar por ambas partes.

Sabiamente, el grupo de estudiantes decidió hacerles segunda con los cantos feministas y comenzaron a gritar también “ni una menos” y otros cantos realizados en las marchas del movimiento de mujeres.


Algo que hizo confirmar la sospecha de que todo era un montaje fue que exactamente una hora después de haber comenzado la manifestación, todo el grupo se desplazó hacia otro lugar y pararon de protestar contra Campos. ¿Qué pasó Juandi? ¿Solo le alcanzó para una hora?


El primer día del juicio se realizó la lectura de la querella y se tomó el testimonio de JDC. Justo cuando iba a declarar el testigo de JDC, Carlos Morales (exdirector del Semanario Universidad) se dio un enfrentamiento a gritos entre Castro y Federico, quien reclamaba ser víctima de acoso por parte de Juan Diego.


Hoy llora Federico Campos. Yo estuve con cáncer en un hospital por todas las mentiras que él dijo en un juicio, sabiendo que es falso, que yo había empujado a mamá y que el único infeliz que la había visto ahí y que la había sostenido fue Álvarez Desanti” son algunas de las palabras que se escuchaban en medio del juicio. Fue tanta la exaltación que justamente antes de que se le llamara la atención explotó en gritos diciendo “No tengo nada que ver con las manifestaciones, es un montaje suyo. Estoy harto de que usted me persiga y no se lo permito, y no le pego un tiro, porque yo creo en Dios, pendejo” la reacción del tribunal fue suspender el juicio y retomarlo el próximo lunes con la declaración del testigo.


Juan Diego Castro es un vulgar reproductor de todos los mensajes de odio que emanan desde el conjunto del régimen político y desde las entrañas del aparato estatal contra las personas explotadas y luchadoras. Desde Juventud Obrera repudiamos este acto de censura, que se suma a la injusta detención de la periodista independiente Stella Chinchilla. Defendamos el derecho a la libertad de trabajo y de expresión.



Ollie Baird.


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