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El comunismo, el gran emancipador del sexo femenino

El redescubrimiento de las prácticas "transfobicas" dentro del feminismo radical por parte de la base indefinida del movimiento de mujeres en Costa Rica, amerita una discusión sobre estas corrientes de pensamiento. Esto es así por el creciente número de comentarios equivocados que acusan de incompatible al feminismo radical con el transexclusionismo. El transexlusionismo es perfectamente coherente con la teoría del feminismo radical. Contrario a lo que muchas creen, no hay que confundir la “radicalidad” práctica a la que se adhieren muchas activistas en el movimiento de mujeres, con el radicalismo. Esto último hace referencia a la hipótesis medular de la teoría feminista: el patriarcado (entendido como la jerarquía de los hombres por encima de las mujeres) es la raíz de todo tipo de opresión contemporánea, incluida la discriminación racial y la explotación económica.


Esta hipótesis desde el marxismo siempre se ha considerado como problemática. Primero descansa en un supuesto sexista, reduciendo las claras diferencias manifiestas en la realidad material entre las mujeres (dificultado la detección de los grupos más vulnerables y sus necesidades particulares). Este ejercicio de invisibilizar artificialmente las diferencias de clase es parte de una política activa del feminismo en su segunda ola en EE.UU. durante los 60, no solo para separar al movimiento de mujeres de la influencia de los partidos de izquierda, sino también para la deliberada cooptación del heterogéneo movimiento de mujeres por una cúpula dirigida históricamente por el feminismo "hegemónico", o sea, sistémico. Son estas las dirigencias que acusaban de "menos feministas" a las compañeras que luchaban por la liberación negra y proletaria hombro a hombro con sus compañeros, y por las cuales Kimberlé Crenshaw se ve obligada a teorizar sobre la interseccionalidad en el movimiento de mujeres.(1) A pesar de que esta conceptualización de la interseccionalidad tampoco resuelve la problemática que pretende solucionar, y en más de un caso el feminismo lo ha utilizado para justificar la participación activa de actrices reaccionarias; al igual que la supuesta "sororidad".

En esta misma línea que Luciana Dentati (Partido Obrero Argentina) cuestiona las nociones de patriarcado en el feminismo contemporáneo, señalando que no existe un sistema autónomo del capitalismo donde se oprima a la mujer, sino que es el mismo capitalismo que reproduce su propias forma de sexismo y misoginia (y racismo). (2) Sin embargo, se debe ir más allá y cuestionar que esta conceptualización misma del "patriarcado" contemporáneo no se adhiere a las concepciones propiamente históricas y sociológicas del término. Asimismo, se deben cuestionar los postulados más básicos del feminismo radical y del feminismo en general. Por ejemplo, la consigna: “lo personal es político”, a lo cual el socialismo responde: no todo lo personal es político, sino que lo que pasa en la esfera privada se convierte en político en la medida de que esto represente un malestar sistemático y no solamente un pesar personal. Esto es importante de señalar, puesto que este postulado ha sido utilizado por el movimiento radfem para justificar la exclusión de personas trans y militantes de otras corrientes de pensamiento de espacios feministas bajo el supuesto de que “todas deben sentirse seguras”, alegando que la simple presencia de personas “socializadas como hombres” representa un peligro inminente. Es imposible suponer que las personas que decidan organizarse de manera contrahegemónica al sistema capitalista están de alguna manera seguras, ya que cuando se pretende desmantelar el orden político, económico y social establecido se toparán a la clase dominante con una agenda política contraria a los intereses obreros, y con agentes capitalistas dispuestos a aplicar dicha agenda de manera violenta


Si bien no todas las corrientes feministas se adhieren a prácticas "transfobicas", al igual que las otras corrientes tanto "transexlusionistas", como racistas y separatistas, son el subproducto directo de la hipótesis central del patriarcado como raíz de la opresión moderna. Este postulado no se sostiene históricamente sin amplios saltos cualitativos, el hecho de que el sexismo preceda al capitalismo no da por un hecho que entre ambos elementos sea el factor determinante. Sería imposible afirmar que las prácticas sexistas hoy en día, se parezcan a la opresión de las mujeres hace 500 o 2000 años, es el modelo productivo y el desarrollo de las fuerzas productivas las que dan forma a todas las expresiones de opresión contemporánea.


El feminismo utiliza conceptos los cuales jutifica en sí mismo, solo para las feministas el feminismo significa la lucha por la equidad entre los sexos. Ya desde inicios del siglo XX las comunistas han advertido de la incapacidad de la filosofía feminista de cumplir con sus ideales y de no ser más que unas meras defensoras de los intereses de las contrapartes femeninas de los hombres poderosos.


Tal es el caso de Kollontai:

"Las feministas burguesas están luchando para conseguir derechos políticos: también aquí nuestros caminos se separan: para las mujeres burguesas, los derechos políticos son simplemente un medio para conseguir sus objetivos más cómodamente y más seguramente en este mundo basado en la explotación de los trabajadores. Para las mujeres obreras, los derechos políticos son un paso en el camino empedrado y difícil que lleva al deseado reino del trabajo." (3)


Zetkin:

"El comunismo, el gran emancipador del sexo femenino, no puede ser solamente el resultado de la lucha común de las mujeres de todas las clases por la reforma del sistema burgués en la dirección indicada por las reivindicaciones feministas, no puede ser solamente el resultado de una lucha contra la posición social privilegiada del sexo masculino. El comunismo sólo y únicamente puede ser realizado mediante la lucha común de las mujeres y hombres del proletariado explotado contra los privilegios, el poder de los hombres y mujeres de las clases poseedoras y explotadoras. El objetivo de esta lucha de clases es la superación de la sociedad burguesa, del capitalismo."(4)


Y Luxemburgo:

"La mujer burguesa no está interesada realmente en los derechos políticos, porque no ejerce ninguna función económica en la sociedad, porque goza de los frutos acabados de la dominación de clase. La reivindicación de la igualdad de derechos para la mujer es, en lo que concierne a las mujeres burguesas, pura ideología, propia de débiles grupos aislados sin raíces materiales, es un fantasma del antagonismo entre el hombre y la mujer, un capricho. De ahí el carácter cómico del movimiento sufragista.

La proletaria, en cambio, necesita de los derechos políticos porque en la sociedad ejerce la misma función económica que el proletario, trabajo de la misma manera para el capital, mantiene igualmente al Estado, y es también explotada y dominada por éste. Tiene los mismos intereses y necesita las mismas armas para defenderse. Sus exigencias políticas están profundamente arraigadas no en el antagonismo entre el hombre y la mujer, sino en el abismo social que separa a la clase de los explotados de la clase de los explotadores, es decir, en el antagonismo entre el capital y el trabajo." (5)


Los planteamientos de las marxistas contemporáneas a Lenin, no deben de ser rebajados a un "vago entendimiento" de estas al feminismo, ni tampoco al argumento (de analfabetismo político) de suponer que de estas subyugaron el tema del género al de clase; estas mujeres comprendieron muy bien el fenómeno feminista y sus raíces ideológicas liberales. Hoy en día más que pasar de sus argumentos o revisionar su lectura, las comunistas contemporáneas debemos hacer un esfuerzo por continuar con su trabajo de denunciar al feminismo por su carácter oportunista, anticientífico y burgués. Ejemplo de ello es que durante la huelga nacional del 2018 las direcciones hegemónicas de los grupos feministas le hicieron campaña política al partido de centro derecha del PAC, orientando al movimiento de mujeres a luchar por migajas (como es la garantía de la norma técnica del aborto terapeutico, legal en Costa Rica desde el 70) en lugar de sumergirse en la marea verde con la consigna Aborto legal, seguro y gratuito. En adelante son las mujeres socialistas quienes tienen la tarea de señalar estas desviaciones pequeño burguesas y organizar a las mujeres en torno a la mejora de su realidad material, luchar contra la feminización de la pobreza, las brechas salariales, por vivienda digna, eliminar el desempleo, un alto a los femicidios, etc. De paso, también reconocer a las personas trans que se identifican como mujeres, como parte de las capas más precarizadas de la sucia sociedad capitalista. Y como diría la vieja Zetkin, "el principio-guía debe ser el siguiente: ninguna agitación específicamente feminista, sino agitación socialista entre las mujeres". (6)


La Juventud Obrera se opone al separatismo y al feminismo, todos los trabajadores y campesinos se encuentran una misma lucha por eliminar el régimen de los capitalistas que promueve y da forma a todas las formas de opresión contemporáneas. Es solo a través de una organización revolucionaria que es posible derrotar estas desviaciones que solo buscan separar al movimiento de los trabajadores de cualquier orientación sexual, género, etnia y demás. Y es solo a través de la articulación de todas las voces de las clases desposeídas en torno a la lucha por la hegemonía política, que es posible el cambio revolucionario.



X. Madrigal



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